jueves, 22 de julio de 2010

Ha muerto un buen falangista


Una mala noticia: un caballero, un patriota, un hombre honrado, un falangista, un veterano de la guerra y de la reconstrucción de España acaba de fallecer.

Vicente Cebrián, español, patriota, falangista, español, periodista y padre de periodistas, ha muerto a los 96 años. Era uno de esos muchos falangistas que fueron excelentes personas, tal como reconocen sus hijos, como los antifranquistas José Bono y Cristiana Almeida. Él no pedía carnés a sus subordinados ni militancia.

Reproduzco algunos párrafos del obituario publicado en El País y del artículo firmado por Soledad Gallego-Díaz:

Tuvo siempre aspecto de coronel de lanceros bengalíes: rubio, alto, bigote, chaquetas de tweed, las manos a la espalda y un agradable sentido del humor

a la hora de la verdad, como periodista, a Vicente Cebrián le venció siempre la curiosidad, el sentido del humor y, sobre todo, el oficio.

Él, como algunos otros periodistas que se habían juntado en ese momento en Prensa y Radio del Movimiento, eran personajes peculiares, que jamás preguntaron a los jóvenes aprendices de dónde procedían o cómo pensaban y que nunca exigieron adhesiones ideológicas o personales.

Vicente Cebrián nunca soportó que se amenazara a "sus redactores": "A quien quiera protestar, le das mi teléfono y te vas", me aseguró

Nació en Madrid en 1914 y desarrolló su carrera profesional en diversos medios de la prensa más relevante del periodo franquista.

Vicente Cebrián fue vocal del Consejo Nacional de Prensa (1966) y secretario general de Prensa del Movimiento hasta 1970.

También fue secretario de la Asociación de la Prensa de Madrid. Recibió el premio nacional de periodismo Jaime Balmes en 1964, como mejor director de agencia informativa, y el premio nacional de Prensa del Movimiento Uno de Octubre. Fue consejero del Instituto de Cultura Hispánica. Tuvo seis hijos.

No creo que Vicente Cebrián fuera como los falangistsa que describe el periódico de sus hijos en un editorial de El País titulado Ganan los falangistas. ¡Pensar que este buen hombre pudo llegar a ser empapelado por el juez Garzón!

Le deseo sinceramente que se haya reencontrado en el Cielo con José Antonio Primo de Rivera y sus demás camaradas caídos por Dios y por España.

1 comentario:

  1. Muy clarificadora reseña.
    Hay periodistas que parecen no saber donde van, pero nosotros sí sabemos de donde vienen.



    .

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